Hablar del “Descenso del Sella” o como se le conoce coloquialmente, “Bajar el Sella” es obligatoriamente un ejercicio de memoria histórica.
Una actividad que es mucho más que un evento deportivo y que cada año reúne a más de 1500 deportistas de todos los rincones del mundo. Tal es su importancia que ha sido la primera fiesta española de carácter festivo-deportivo en declararse oficialmente como de Interés Turístico Internacional.
Origen del Descenso del Sella
El origen de la prueba deportiva nos la podemos encontrar en la increíble biografía de su fundador, el Barcelonés, Dionisio de la Huerta.
Allá por 1929 llevó al pueblo de Coya una piragua plegable. En poco tiempo estaba realizando excursiones por el río junto a unos amigos, con quienes, ya en 1930, emprendieron el primer Descenso del Sella registrado.
Emplearon prácticamente siete horas en realizarlo y, sin saberlo, con ello estaban plantando la semilla de una competición que sería conocida en todo el mundo.
En el año 1932 se realizó ya el trazado actual, entre las localidades de Arriondas y Ribadesella, y la tradición ha permanecido hasta nuestros días, solo interrumpida en la época de guerra civil y posguerra.
La prueba deportiva hoy en día
A las 12 del mediodía de uno de los primeros sábados del mes de Agosto, los participantes de la prueba inician el descenso en una emocionante salida que es digna de contemplar por su gran emoción y colorido. A continuación se puede observar la salida de la edición 2015.
Los piragüistas reman un total de 20 kilómetros desde el puente de Arriondas hasta la meta situada en Ribadesella, excepto para las categorías inferiores, que finalizan en el puente de Llovio, cinco kilómetros antes.
En este increíble viaje cuentan con el aliento del público que acompaña a los palistas en caravana por la carretera, o haciendo uso del conocido tren fluvial.
Una vez finalizada la carrera, el ambiente continúa en los Campos de Ova donde se entregan los trofeos a los ganadores de cada una de las categorías.
El descenso del sella, sinónimo de fiesta
Y si no participamos en la competición como deportistas podemos disfrutar igualmente del evento, pues el ambiente festivo que se vive en los alrededores del trazado, con miles de asistentes, es realmente espectacular. Fiesta, música y mucha diversión que empieza día antes de la prueba y que finaliza días después.
Gracias al entorno envidiable en el que se encuentra Arriondas y Ribadesella, las posibilidades de ocio y diversión para todos los visitantes son enormes.
Disfrutar de la gastronomía local, con su fabada, queso cabrales y su sidra… de las múltiples rutas por los Picos de Europa y poder practicar infinidad de deportes de aventura, no solo del propio descenso del sella, que además podemos realizar en familia, sino de otras actividades como el paseo a caballo, ruta en bicicleta, espeleología, rafting, etc.